25 Junio 2018

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Cantera de los Morteros

Aspe. Alicante

Desde Aspe hacia Crevillente discurre la carretera por el paraje denominado La Garganta. Antes de llegar a las Amoladeras, hacia Levante, se abre una cantera de margas y arcillas de gran tamaño, abandonada no hace mucho, conocida como de Los Morteros.
Dos enormes bocados en el terreno, y alguno más pequeño, configuran básicamente el espacio desnudado por la actividad extractiva. En los fondos de las hondonadas, la condición impermeable de las arcillas ha retenido aguas pluviales y ha conformado en ecótopo de charca, con avifauna de paso, limícola. Crecen cañas, tarays, el carrizo. El lugar es frecuentado por cazadores.
El paisaje es árido, acarcavado con abarrancamientos y erosión diferencial.
El recurso que se aprovecha en esta cantera es la arcilla que se destina, tras mezclarse con otras clases de arcilla, a fabricar ladrillos de cerámica para la construcción.
La potencia de la capa arcillosa alcanza en el fondo de a cantera unos 40 metros. El sistema de explotación empleado es a "cielo abierto", con bancos descendentes y talud forzado.
Margas y calizas terciarias rodean y se entrecruzan por todas partes en la zona de explotación. Destacan dos colores predominantes: el gris claro de las margocalizas, y el amarillento de las calizas y areniscas, a menudo recubiertas de abundante fauna de foraminíferos planctónicos, nummulites y assilinas como géneros. Se encuentran, además, erizos fósiles y macroforaminíferos bentónicos. Los paleontólogos han asignado estas margas al Eoceno medio, interpretándolas como depósitos de cuenca, de carácter pelágico, que recibían periódicamente aportaciones turbídicas.
Hay abundantes montones de tierras de escasa altura, quizás frentes bajos de explotación muy lavados por las lluvias, de un color pardo a verdoso, sin vegetación, surcados de pequeñas fisuras y algunas laminitas de yesos, que dan al paisaje un tercer tono.
El verde debe indicar la presencia de glauconita. Los amarillentos comportan presencia de algún óxido de hierro, visible en las bancadas de calizas blanquecinas duras de fractura concoide. El pardo quizás se origine por la mezcla de ambas, o por la alteración de la glauconita.
Otro mineral, esporádicamente presente en las fisuras de las calizas a techo, es la celestina, el sulfato de estroncio, que aparece en cristales agregados en abanico o círculos.
Fuente: Arqueoceramica